Relación entre Padres y Adolescentes y Comunicación
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Los padres son los principales y los más importantes educadores de sus hijos respecto de la sexualidad. Proporcionar a los hijos educación sexual es una de las responsabilidades más importantes de la paternidad. La mayoría de los jóvenes prefiere aprender de sus propios padres acerca de la sexualidad.
Bien o mal, los padres influyen en las actitudes de sus hijos y les brindan la educación básica sobre sexualidad. Con mucha frecuencia, sin embargo, los padres dudan de hablar con sus hijos directamente sobre el tema. Puede resultar incómodo iniciar la conversación y algunos padres necesitan ayuda para saber lo que deben decir. Algunos consideran erróneamente que se puede llegar a dar mucha información demasiado pronto, lo que puede ser perjudicial.
La realidad es que no se puede dañar a los hijos por darles información correcta sobre la sexualidad y no se puede llegar a decir demasiado o muy pronto. El silencio y la evasión dan a los hijos el mensaje de que no deberían recurrir a los padres para recibir información sobre la sexualidad.
Resumen
Los padres son los principales y los más importantes educadores de sus hijos respecto de la sexualidad. Proporcionar a los hijos educación sexual es una de las responsabilidades más importantes de la paternidad. La mayoría de los jóvenes prefiere aprender de sus propios padres acerca de la sexualidad.
Bien o mal, los padres influyen en las actitudes de sus hijos y les brindan la educación básica sobre sexualidad. Con mucha frecuencia, sin embargo, los padres dudan de hablar con sus hijos directamente sobre el tema. Puede resultar incómodo iniciar la conversación y algunos padres necesitan ayuda para saber lo que deben decir. Algunos consideran erróneamente que se puede llegar a dar mucha información demasiado pronto, lo que puede ser perjudicial.
La realidad es que no se puede dañar a los hijos por darles información correcta sobre la sexualidad y no se puede llegar a decir demasiado o muy pronto. El silencio y la evasión dan a los hijos el mensaje de que no deberían recurrir a los padres para recibir información sobre la sexualidad.
Bien o mal, los padres influyen en las actitudes de sus hijos y les brindan la educación básica sobre sexualidad. Con mucha frecuencia, sin embargo, los padres dudan de hablar con sus hijos directamente sobre el tema. Puede resultar incómodo iniciar la conversación y algunos padres necesitan ayuda para saber lo que deben decir. Algunos consideran erróneamente que se puede llegar a dar mucha información demasiado pronto, lo que puede ser perjudicial.
La realidad es que no se puede dañar a los hijos por darles información correcta sobre la sexualidad y no se puede llegar a decir demasiado o muy pronto. El silencio y la evasión dan a los hijos el mensaje de que no deberían recurrir a los padres para recibir información sobre la sexualidad.
Texto Completo
- Franqueza
- Comodidad de los padres con los temas
- Comenzar a hablar de sexualidad a edades tempranas
- Mensajes positivos
- Fijación de límites por parte de los padres
- Acercamiento entre hijos y padres
- Flexibilidad
- Falta de estrés
- Niveles satisfactorios de intimidad
Los adolescentes quieren poder hablar con sus padres sobre el sexo más de lo que lo hacen y consideran que sus padres pueden darles información que les resultaría muy valiosa. Sin embargo, un tercio de las mujeres de 15 años manifestó que ninguno de sus padres les había dicho cómo se produce el embarazo y la mitad dijo no haber recibido información sobre las infecciones de transmisión sexual o sobre el control de la natalidad por parte de sus padres (AGI, 1994; Bennett & Dickinson, 1980; Hutchinson & Cooney, 1998). Sólo 16% de las jóvenes mujeres y 10% de los varones cita a sus padres como la fuente primaria de conocimiento sobre la sexualidad (Ansuini et al., 1996). Aunque los padres generalmente consideran que han proporcionado educación sexual a sus hijos (King & Lorusso, 1997), la mayoría de los jóvenes comienzan a recibir información sobre el sexo por parte de sus amigos, hermanos, maestros o de los medios más que de los padres (AGI, 1994; Ansuini et al., 1996).
Aun a medida que los jóvenes avanzan en edad, la comunicación con los padres sobre el sexo no mejora en forma notoria (AGI, 1994). El resultado es que muchos adolescentes no saben lo que sus padres creen o sienten sobre las cuestiones relacionadas con el sexo. Cuando hay comunicación, en muchos casos es iniciada por el hijo más que por los padres (Rosenthal et al., 1998), y los adolescentes y los padres frecuentemente tienen puntos de vista contradictorios respecto de las conversaciones que han tenido sobre el sexo (Newcomer & Udry, 1985b). O bien puede ocurrir que la información proporcionada por los padres sea limitada, que haya consistido principalmente en mensajes negativos no verbales o en el uso frecuente de advertencias y normas más que en una charla abierta (Brock & Jennings, 1993).
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